Elegir una contraseña puede parecer un detalle menor en el mundo digital actual. Sin embargo, la realidad es que este pequeño gesto puede marcar la diferencia entre mantener nuestros datos protegidos o quedar completamente expuestos ante ciberataques. Un reciente informe de NordPass ha dejado al descubierto una preocupante realidad: muchas personas siguen utilizando contraseñas extremadamente inseguras, tanto en Chile como en el resto del mundo.
Una tendencia preocupante: la debilidad de las contraseñas más comunes
NordPass, una empresa dedicada a la gestión de contraseñas, ha publicado por sexto año consecutivo su informe sobre los hábitos de seguridad digital de los usuarios. En colaboración con investigadores especializados en incidentes de ciberseguridad, han analizado una base de datos de 2,5 TB recopilada en 44 países para identificar las contraseñas más utilizadas y, por ende, más vulnerables.
“Es nuestro sexto año analizando los hábitos de las personas con sus contraseñas, y ¿adivinen qué? Siguen siendo muy malos”, afirmaron desde NordPass, dejando claro que la conciencia sobre la importancia de una buena contraseña aún no cala del todo en la población.
¿Por qué seguimos eligiendo malas contraseñas?
Una de las razones más comunes por las que las personas eligen contraseñas débiles es la comodidad. Claves como “123456” o “qwerty123” son fáciles de recordar, pero también extremadamente fáciles de descifrar. Otros motivos incluyen el miedo a olvidarlas, la costumbre, y la falsa sensación de que “a mí no me va a pasar”.
Lamentablemente, estas decisiones abren la puerta a que cualquier hacker con herramientas básicas pueda acceder a cuentas personales, bancarias, laborales o incluso a dispositivos móviles. Y cuando esto sucede, las consecuencias pueden ser devastadoras: robo de identidad, pérdida de información sensible, fraude financiero, entre otros.
Las contraseñas más utilizadas en el mundo
De acuerdo con el informe de NordPass, la contraseña más utilizada a nivel mundial en el último año fue, una vez más, “123456”. Esta clave, tan sencilla como peligrosa, fue empleada más de tres millones de veces. Lo más alarmante es que puede ser descifrada por un hacker en menos de un segundo.
Le sigue “123456789”, con más de un millón y medio de usos, también vulnerable en menos de un segundo. En tercer lugar, encontramos “12345678”, otra combinación numérica predecible.
Esta tendencia no solo demuestra una falta de imaginación, sino también una alarmante despreocupación por la seguridad digital.
El caso de Chile: ¿qué tan seguras son nuestras contraseñas?
En Chile, el panorama no es más alentador. Estas son las 20 contraseñas más utilizadas, según NordPass, junto con la cantidad de veces que fueron empleadas y el tiempo que tardaría un hacker en descifrarlas:
- 123456 — 14.180 veces — Menos de 1 segundo
- 12345678 — 6.290 veces — Menos de 1 segundo
- Chile — 5.009 veces — 10 segundos
- querty123 — 2.895 veces — Menos de 1 segundo
- 123456789 — 2.855 veces — Menos de 1 segundo
- qwerty1 — 2.657 veces — Menos de 1 segundo
- 1234567 — 1.635 veces — Menos de 1 segundo
- colocolo — 811 veces — 2 segundos
- Abcd1234 — 793 veces — Menos de 1 segundo
- 654321 — 633 veces — Menos de 1 segundo
- 1234567890 — 594 veces — Menos de 1 segundo
- 12345 — 582 veces — Menos de 1 segundo
- catalina — 532 veces — 3 horas
- benjamin — 531 veces — 3 horas
- pokemon — 484 veces — Menos de 1 segundo
- qwerty — 462 veces — Menos de 1 segundo
- 123123 — 453 veces — Menos de 1 segundo
- Qwerty123 — 426 veces — Menos de 1 segundo
- valentina — 408 veces — Menos de 1 segundo
- 87654321 — 407 veces — Menos de 1 segundo
Como puede observarse, la gran mayoría de estas contraseñas pueden ser hackeadas instantáneamente. Incluso aquellas que incluyen nombres propios o palabras aparentemente menos predecibles, como “catalina” o “benjamin”, no ofrecen mucha más protección: con herramientas adecuadas, pueden romperse en cuestión de horas.
¿Qué consecuencias puede tener una contraseña débil?
Usar contraseñas inseguras puede tener consecuencias muy graves. Entre los riesgos más comunes se encuentran:
- Robo de identidad: si un atacante obtiene acceso a tus cuentas personales, puede suplantar tu identidad y cometer delitos a tu nombre.
- Acceso a cuentas bancarias: si usas la misma contraseña para tu correo electrónico y tu banco, podrías ser víctima de fraude financiero.
- Pérdida de archivos personales: en muchos casos, los atacantes eliminan o bloquean el acceso a fotos, documentos y archivos importantes.
- Extorsión y chantaje: algunos hackers utilizan la información robada para amenazar a las víctimas a cambio de dinero.
- Uso malicioso de tu correo electrónico: un delincuente puede usar tu cuenta para enviar spam, virus o correos fraudulentos a tus contactos.
¿Qué características debe tener una contraseña segura?
Frente a este escenario, es fundamental entender cómo construir una contraseña robusta. Según las recomendaciones de Microsoft y expertos en ciberseguridad, una contraseña fuerte debe cumplir con los siguientes requisitos:
- Longitud mínima de 12 caracteres: mientras más larga sea la contraseña, más difícil será descifrarla. Idealmente, se recomienda de 14 caracteres o más.
- Combinar distintos tipos de caracteres: usar una mezcla de letras mayúsculas, minúsculas, números y símbolos especiales como “#”, “@”, “%”, “^”, etc.
- Evitar palabras del diccionario: no uses palabras comunes, nombres propios, fechas de cumpleaños ni secuencias fácilmente deducibles.
- No repetir contraseñas: cada cuenta debe tener una contraseña distinta. Si una se ve comprometida, el resto se mantiene protegida.
- Utilizar frases memorables: una técnica recomendada es crear contraseñas que sean frases con sentido solo para ti, como “6MonkeysRLooking^” o “ElPerro#Come5Tacos”.
Herramientas para gestionar tus contraseñas
Recordar contraseñas seguras y únicas para cada cuenta puede parecer una tarea titánica. Por suerte, existen herramientas llamadas gestores de contraseñas que permiten almacenar y organizar tus claves de forma segura.
Entre las más recomendadas se encuentran:
- NordPass
- LastPass
- 1Password
- Bitwarden
- Dashlane
Estas aplicaciones cifran todas tus contraseñas y solo necesitas recordar una clave maestra para acceder a ellas.
Buenas prácticas para proteger tu seguridad digital
Además de crear buenas contraseñas, hay otros hábitos que debes incorporar para mejorar tu ciberseguridad:
- Activa la verificación en dos pasos (2FA): así, aunque alguien adivine tu contraseña, necesitará otro factor para ingresar, como un código enviado a tu teléfono.
- No compartas tus contraseñas: ni siquiera con personas de confianza. Usa medios seguros si es absolutamente necesario.
- Cambia tus contraseñas regularmente: sobre todo si sospechas que una cuenta ha sido comprometida.
- No uses redes Wi-Fi públicas para ingresar a servicios sensibles: como el banco o tu correo principal.
- Evita escribir tus contraseñas en papel o archivos sin protección.
Educación y conciencia: claves para un internet más seguro
El informe de NordPass no solo señala qué contraseñas son más populares, sino que también cumple una función educativa: demostrar que aún queda mucho por hacer en términos de concientización sobre ciberseguridad.
A medida que más aspectos de nuestra vida migran al entorno digital —banca, salud, trabajo, estudios, vida social—, se hace urgente tomar medidas preventivas. En este contexto, el primer paso es elegir buenas contraseñas.
Una responsabilidad de todos
Elegir una contraseña no es un detalle menor, sino un acto de responsabilidad digital. Así como cerramos con llave la puerta de nuestra casa, también debemos proteger nuestras cuentas con contraseñas sólidas y únicas. Los datos de NordPass y Statista son un llamado de atención: si seguimos usando claves como “123456”, el riesgo de ser víctimas de un ataque está más cerca de lo que creemos.
Adoptar hábitos seguros, utilizar gestores de contraseñas y comprender los peligros reales que conlleva la debilidad de una contraseña son medidas básicas pero poderosas. La seguridad digital empieza con pequeños cambios —como reemplazar “colocolo” o “pokemon” por frases seguras y complejas— que pueden marcar una gran diferencia.